Adórnate con la modestia y la humildad y hazte resplandeciente con la luz de la justicia; decora tu ser con buenas obras, como con oro acrisolado, y embellécelo con la fe y la grandeza de alma, a manera de muros y piedras; y, por encima de todo, como quien pone la cúspide para coronar un edificio, coloca la oración, a fin de preparar a Dios una casa perfecta y poderle recibir en ella como si fuera una mansión regia y espléndida. (Pseudo-Crisóstomo)
Feliz día del Señor, I Domingo de Cuaresma. Celina
(El Pseudo-Crisóstomo es un autor anónimo discípulo y contemporáneo de san Juan Crisóstomo)
El ser humano puede ser modesto y humilde, tener fe y grandeza de alma, incluso orar y pedir a Dios su gracia y su amor, pero ser justo se me antoja imposible para el hombre. Sólo podemos intentarlo. Gracias, Celina por tus textos dominicales. Feliz día del Señor a todos.