Tú, Señor, no pides ser maestro de política, de estrategia, de ciencia humana; quieres que sea maestro de misericordia y de verdad.
Enséñame a decir siempre la verdad, pero con dulzura. Ayúdame a responder siempre bien por mal y a esforzarme en preferir, en todo, tu Evangelio a los artificios de la política humana.
(San Juan XXIII)
Feliz día del Señor. Celina
Varios son los aspectos referidos en el texto; a mí sólo me atrae uno de ellos: decir la verdad con dulzura, porque la verdad dicha con dulzura es una auténtica expresión de amor.
Dios es amor, es dulce y es la verdad escrita en los Evangelios. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.