Comienzan los relojes
a maquinar sus prisas;
y miramos el mundo.
Comienza un nuevo día.
Comienzan las preguntas,
la intensidad, la vida;
se cruzan los horarios.
Qué red, que algarabía.
Más tú, Señor, ahora
eres calma infinita.
Todo el tiempo está en ti
como en una gavilla.
(Himno, Liturgia de las Horas)
Feliz día del Señor. Celina