«Mirad, Dios viene, nuestro Salvador». (La antífona) no usa el pasado -Dios ha venido- ni el futuro -Dios vendrá-, sino el presente: «Dios viene». Se trata de un presente continuo, es decir, de una acción que se realiza siempre: está ocurriendo, ocurre ahora y ocurrirá también en el futuro. En todo momento «Dios viene».
(Benedicto XVI)
Feliz día del Señor, I Domingo de Adviento. Celina