Parece que Dios ha querido hacernos dueños de nuestro destino cuando dijo, en varios lugares del Evangelio, que se nos tratará como nosotros hayamos tratado a nuestro prójimo. Se nos juzgará como hayamos juzgado a los demás; se nos dará si damos; se nos perdonará como hayamos perdonado. Así pues, sobre nosotros mismos recaerá todo el bien o el mal que hacemos a los demás.
(San Vicente de Paul)
Feliz día del Señor. Celina