Así como el alma justa camina por la senda de la verdad, del mismo modo el alma buena va por la vía de la misericordia. Sin embargo, estos caminos no se separan jamás. El que es extraño a la verdad no es misericordioso, ni es capaz de justicia el que es ajeno a la misericordia. La caridad es el vigor de la fe, y la fe es la fuerza de la caridad. Donde no están juntas faltan las dos.
(San León Magno)
Feliz día del Señor. Celina