Busco una verdad que sea clara como la luz: una verdad capaz de renovarse siempre, nunca cansada de sí misma; una verdad que continuamente resurja de su propio cansancio, de su propia desconfianza, de su propio acomodo perezoso; una verdad que continuamente reviva en nosotros, que sea poderosa: esta es mi búsqueda, nuestra búsqueda. Y Jesús nos dice: Yo soy la luz que las tinieblas no pueden ocultar. ¡Señor, tú eres mi verdad, tú eres la verdad del hombre!
(Carlo María Martini)
Feliz día del Señor. Celina