La oración, entre otras cosas, puede incluir:
Pasear contemplativamente por el bosque para apartarte de tus preocupaciones y centrarte en Dios.
Sentarte en silencio, permitiendo que tu corazón vuelva junto a Dios mediante la repetición tranquila y constante de una palabra que exprese el amor que le tienes.
Leer las oraciones litúrgicas o de otros autores.
Meditar contemplando un icono o una obra de arte inspirada en la Biblia.
Dejar que tu corazón entone una alabanza, que no tiene por qué expresarse con palabras, al contemplar una puesta de sol, una tormenta, una flor, un árbol…
(David G. Benner)
Feliz día del Señor. Celina