¡Oh soplo bienaventurado, que llevas las naves al cielo! Muy peligroso es este mar que navegamos; pero con este aire y tal Piloto iremos seguros. ¡Cuántas naves van perdidas! ¡Cuántos vientos contrarios corren y grandes peligros! Pero soplando tú, piadoso Consolador, las vuelves a puerto seguro. ¿Quién podrá contra los bienes que nos haces y los males de los que nos guardas?
(San Juan de Ávila)
Feliz Domingo de Pentecostés. Celina
Cabe preguntarse cuál es ese mar peligroso por el que navegamos y cuáles los vientos contrarios que nos impiden volar. Son el egoísmo que impera y la injusticia que se impone sobre la sociedad actual. Espíritu Santo, infunde en nosotros tus dones y llena nuestros corazones con el amor a Dios, a su obra y al prójimo. Bella y apacible imagen adorna el hermoso texto que nos ofrece hoy Celina. Gracias. Feliz día del Señor a todos.