Habiendo Dios dotado a los demás animales de la velocidad en la carrera, o la rapidez en el vuelo, o de uñas, o de dientes, o de cuernos, solo al hombre lo dispuso de tal forma que su fortaleza no podía ser otra que la del mismo Dios; y esto lo hizo para que, obligado por la necesidad de su flaqueza, pida siempre a Dios cuanto pueda necesitar.
(San Juan Crisóstomo)
Feliz día del Señor. Celina
Dios dotó a los animales de fuerza, agilidad e instinto, pero les privó de inteligencia. Al hombre le creó débil, pero inteligente: lo insufló un alma con memoria, entendimiento y voluntad. Estas facultades constituyen su fuerza y su poder, y las que lo vinculan con Dios. Démosle gracias y cantemos su gloria. Bella imagen de la obra de Dios. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.