La vida no pertenece al hombre, le sobrepasa, porque ha sido recibida de Dios, es sagrada; nadie puede disponer de ella a su antojo.
No desprecies el recuerdo del camino recorrido; ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta.
(Beato Pablo VI)
Feliz día del Señor. Celina
Efectivamente, la vida es una carrera en la que, a cada zancada, has de superarte a ti mismo. No compites contra nadie, sino contra ti. Tú eres tu propio adversario. Venimos de Dios, nuestro punto de partida, sin mérito alguno, con una meta, también Dios, a la que habremos de llegar, quizás cansados y fatigados por el esfuerzo realizado, pero con la ilusión de recibir el premio de su amor. Corramos nuestra carrera pensando en el punto de partida, sin perder de vista la meta de llegada, Dios. Gracias, Celina por tu acertada imagen e interesante texto. Feliz día del Señor a todos.