En la resurrección de Jesús hemos aprendido que Dios no ha creado hijos para que acaben en el sufrimiento y la muerte. Desde entonces sabemos que nuestras cruces acabarán en felicidad, nuestro llanto en cantares de fiesta. Que todos los que luchan por ser cada día más hombres, un día lo serán. Que todos los que trabajan para conseguir un mundo más humano y justo, un día lo disfrutarán. Que todos los que creen en Cristo y le siguen, un día sabrán lo que es vivir. Que todos los que tienen sed de amor, un día quedarán saciados.
(Miguel Payá Andrés)
Feliz Domingo de Resurrección del Señor. ALELUYA. Celina