Cuando las dificultades de la vida, la dureza del deber, la fatiga, o la incomprensión o la crisis, turben vuestra serenidad, puede daros fuerza y renovado valor el pensamiento de la gloria que el Señor prepara en el cielo a sus siervos buenos y fieles.
(San Juan XXIII)
Feliz día del Señor. Celina
Pero todavía podemos superar la meta prometida y llegar más lejos. En nuestra mano está ponernos en el Señor sea cual sea el motivo y la circunstancia. Siempre será más gratificante y beneficioso lo prometido por el Señor que lo mejor que nos pueda ofrecer esta vida. Nada más hermoso que la paz y el amor de Cristo, como sugiere la imagen. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.