Cristo, la luz, es fuego, es llama que destruye el mal, transformando así al mundo y a nosotros mismos. Como reza una palabra de Jesús que nos ha llegado a través de Orígenes, «quien está cerca de mí, está cerca del fuego». Y este fuego es al mismo tiempo calor, no una luz fría, sino una luz en la que salen a nuestro encuentro el calor y la bondad de Dios.
(Benedicto XVI).
Feliz día del Señor. Celina
Así es. El fuego es calor y es luz. Pero también es movimiento, y el movimiento es vida. Por eso el Espíritu Santo es fuego, luz y calor. Y es también una fuerza que nos impulsa a trabajar por un mundo donde reine el amor de Cristo Jesús. Gracias Celina por el texto y la imagen. Feliz día del Señor a todos.