Para los elegidos de Dios, sus mismas pruebas son un consuelo, pues en virtud de estos sufrimientos momentáneos dan grandes pasos por el camino de la esperanza hasta alcanzar la felicidad del cielo.
Lo mismo hacen el martillo y la lima con el oro, quitándole la escoria para que brille más.
(San Pedro Damiani)
Feliz día del Señor. Celina
Efectivamente. A mí tampoco me gusta referirme a las pruebas que Dios podría hacernos. El suspenso estaría garantizado. Es mucho más real pensar que Dios nos abrillanta y embellece con dulzura, para que seamos un pequeño reflejo de su bondad, verdad y belleza. Nos pule con mano delicada. No golpea. Nos da lustre con suavidad, porque conoce la fragilidad de nuestra naturaleza. Dios nos ama como padre y nos trata como hijos. El oro de la imagen es símbolo de su amor. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.