Sal, Señor, de tu sagrario,
sal, Señor, de tu rincón.
Rompe las puertas del templo
y verás nuestro dolor.
Mira al mundo quebrantado,
desesperanzado y sin rumbo,
cargados con tantas penas
que agoniza moribundo.
Aquí me tienes, Señor,
delante de tu sagrario.
No te calles por más tiempo
permaneciendo encerrado.
Sal, Señor, de nuevo al mundo,
ven de nuevo con nosotros.
Aviva nuestra esperanza
al ver de nuevo tu rostro.
(Francisco Osuna Llorente)
Feliz día del Señor. Celina