Sin saber quién recoge, sembrad,
serenos, sin prisas,
las buenas palabras, acciones, sonrisas…
Sin saber quién recoge, dejad
que se lleven la siembra las brisas.
No os importe no ver germinar
el don de alegría;
sin melancolía
dejad al capricho del viento volar
la siembra de un día.
Las espigas dobles romperán después…
Yo abriré la mano
para echar mi grano
como una armoniosa promesa de mies
en el surco humano.
(Cristina de Arteaga)
Feliz día del Señor. Celina