San Rafael Arnaiz

No os preocupéis del mundo y sus negocios, no os inquiete el porvenir, dejadlo en manos de Dios, no os aficionéis a las cosas de la tierra, pues es «perder el tiempo», acudid a Dios, y en Él hallaréis paz; primero aquí en la tierra, y después en el Cielo…

(San Rafael Arnaiz)

Feliz día del Señor. Celina

Juan Esquerda Bifet

Hay muchas clases de tentaciones. Pero, en general, es todo aquello que nos aparta del amor: cobardía de criterio ante ideas de moda, venganzas solapadas a ofensas reales o imaginarias, autonomía o derechos propios que atropellan a los demás, endiosarse en su propio criterio, desánimo ante las dificultades, inhibición ante grandes responsabilidades. Para no hablar de tendencias más humillantes y de las que, salvo María, nadie ha escapado hasta el momento. Somos un amasijo de grandes ideales y grandes limitaciones.

(Juan Esquerda Bifet)

Feliz día del Señor. Celina

San Alfonso María de Ligorio

¿Acaso Dios no merece todo nuestro amor? Él nos ha amado desde toda la eternidad. «Considera, oh hombre, -así nos habla- que yo he sido el primero en amarte. Aún no habías nacido, ni siquiera existía el mundo, y yo ya te amaba. Desde que existo, yo te amo».

(San Alfonso María de Ligorio)

Feliz día del Señor. Celina

Theo Schmidkonz

Oh, Dios, nosotros vivimos, trabajamos para vivir,
disfrutamos de la vida, nos preocupa nuestra vida,
¿pero qué entendemos por vivir?
La vida ¿no es más que comer y beber, trabajar y gozar, reír y llorar?
La vida verdadera es un regalo que recibimos.
La vida que Tú piensas es confianza y esperanza, es amor y humanidad,
alabanza y acción de gracias, es ser uno contigo.
¡Oh, Dios!, concédeme vivir esa vida,
recibirla agradecido como un regalo.

(Theo Schmidkonz)

Feliz día del Señor. Celina