Señor, soñar que vivo aislado y solo
es perderme en mis pensamientos de soledad y vacío.
Señor, despertar del sueño de mi soledad
es vivirme siempre envuelto
en tu abrazo amoroso.
Señor, soñar que vivo en una agobiante inquietud
es perderme en multitud de pensamientos angustiosos.
Señor, despertar del sueño de mis angustias
es sumergirme en tu ternura infinita.
Señor, soñar que mi vida no es vida
es vivir ciego y vacío.
Señor, despertar de mi ceguera y vacío
es sentir que toda criatura es una caricia de Dios
y que mi alma está llena
de la plenitud amorosa de Dios.
(Manuel J. Fernández Márquez)
Feliz día del Señor, I Domingo de Adviento. Celina