Manuel Marín Triana

El reino de Dios padece fuerza: o vence la que viene contra ti y puede más, o la que brota del alma y logra dominar las seducciones de fuera. Si no tienes esta pujanza, menester será que cada amanecer te acerques a Dios para buscarla, que él te la dé y ella te sostenga hasta la siguiente alborada. Así cuando el camino te sea duro y polvoriento, el agua clara de tu fontana -aquella que llevas en tu ánfora desde el alba- será tu refrigerio y tu placer. Mira que ahí está el saberlo todo o no saber nada.

(Manuel Marín Triana)

Feliz día del Señor. Celina