Antonio López Baeza

Si buscáis en la oración la serenidad de ánimo y la eficacia en el hacer, jamás sabréis lo que es el gozo de un tiempo compartido gratuitamente con el Padre. Que la oración te convierte en instrumento eficaz del Reino, es cierto; pero no lo es menos que la oración se desvirtúa cada vez que buscamos en ella algún tipo de ventaja para nosotros, o de poder extraordinario en nuestro actuar. La oración que agrada al Padre es la de los niños abandonados en sus brazos: ahí lo tienen todo.

(Antonio López Baeza)

Feliz día del Señor. Celina

Michel Quoist

Señor, tengo tiempo, tengo todo el tiempo mío,
los años de mi vida, los días de mis años,
las horas de mis jornadas: son todas mías.
A mí me toca llenarlas, serenamente, con calma;
llenarlas todas hasta el borde, para ofrecértelas
de modo que de su agua insípida,
tú hagas un vino generoso.
Te pido la gracia de poder hacer, en el tiempo que me das,
aquello que tú quieres que yo haga.

(Michel Quoist)

Feliz día del Señor. Celina

Francisco Palazón

Autor: Francisco Osuna Llorente

Gracias quiero darte por amarme.
Gracias quiero darte yo a ti, Señor.
Hoy soy feliz porque te conocí.
Gracias por amarme a mí también.
Yo quiero ser, Señor, amado,
como el barro en manos del alfarero.
Toma mi vida, hazla de nuevo,
yo quiero ser un vaso nuevo.
Te conocí y te amé.
Te pedí perdón y me escuchaste.
Sí, te ofendí; perdóname Señor,
pues te amo y nunca te olvidaré.

(Francisco Palazón)

Feliz día del Señor. Celina

Ven. Fulton Sheen

Simeón era como un centinela al que Dios hubiera enviado a vigilar la aparición de la luz. No miraba hacia atrás sino hacia delante, y no solo hacia el futuro de su propio pueblo, sino al futuro de todos los gentiles, de todas las tribus y naciones de la tierra. Un anciano que en el ocaso de su vida hablaba de la promesa de un nuevo día.

(Ven. Fulton Sheen)

Feliz día del Señor, fiesta de su Presentación en el Templo y Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Celina