No te inquietes por las dificultades de la vida, por sus altibajos, por sus decepciones, por su porvenir más o menos sombrío. Quiere lo que Dios quiere. Poco importa que te consideres un frustrado, si Dios te considera plenamente realizado a su gusto. Piérdete confiado ciegamente en ese Dios que te quiere para Él, y que llegará hasta ti aunque jamás le veas. Piensa que estás en sus manos, tanto más fuertemente cuanto más decaído y triste te encuentres. Vive feliz, te lo suplico, vive en paz; que nada te altere, que nada sea capaz de quitarte tu paz, ni la fatiga psíquica, ni tus fallos morales. Haz que brote, y conserva siempre sobre tu rostro, una dulce sonrisa, reflejo de la que el Señor continuamente te dirige.
(Pierre Teilhard de Chardin)
Feliz día del Señor. Celina
Maravillosas palabras de transmisión de paz y felicidad a nosotros mismos y a los demás en nuestro día a día de vorágines y momentos difíciles. Que sean el camino a seguir en cada momento de nuestra vida.