Recuérdalo bien y siempre: aunque alguna vez parezca que todo se viene abajo, ¡no se viene abajo nada!, porque Dios no pierde batallas.
(San Josemaría Escrivá)
Feliz día del Señor. Celina
En el extremo de mi soledad está tu cercanía. En el dolor de mi pena encuentro tu cálido abrazo. En el vacío de mi pobreza está tu posesión plena. En mi tristeza y soledad siento el calor de tu cobijo. En mi silencio sereno está tu plenitud gozosa.
Señor, por todos los caminos te encuentro, si te busco desde mi verdad desnuda.
(Manuel J. Fernández Márquez)
Feliz día del Señor. Celina
La misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueve en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón.
(Papa Francisco)
Feliz día del Señor. Celina
Mientras el cuerpo tiende a la sepultura, una vida interior del hombre tiene que robustecerse y la Cuaresma no solo es invitación al recuerdo de la muerte, sino sobre todo al recuerdo del deber de renovarnos para ser luz, sal, brillo en el mundo.
(Beato Óscar Romero)
Feliz día del Señor, I Domingo de Cuaresma. Celina
Ved a los reyes, los emperadores, los grandes de la tierra: son muy ricos; ¿están contentos? Si aman al buen Dios, sí; si no, no están contentos. Puedes ir de mundo en mundo, de reino en reino, de riqueza en riqueza, de placer en placer; pero no encontrarás tu felicidad. La tierra entera no puede contentar a un alma inmortal, como una pizca de harina en la boca no puede saciar a un hambriento.
(San Juan María Vianney)
Feliz día del Señor. Celina
Quien cree está unido a Dios, está abierto a su gracia, a la fuerza de la caridad. Así, su existencia se convierte en testimonio no de sí mismo, sino del Resucitado, y su fe no tiene temor de mostrarse en la vida cotidiana, y sabe dar lugar a luces de esperanza ante la necesidad de rescate, de felicidad, de futuro.
(Benedicto XVI)
Feliz día del Señor. Celina
Toda nuestra vida presente debe discurrir en la alabanza a Dios. Dejas de alabar a Dios cuando te apartas de la justicia y de lo que a él le agrada. Si nunca te desvías del buen camino, aunque calle tu lengua, habla tu conducta, y los oídos de Dios atienden a tu corazón. Pues del mismo modo que nuestros oídos escuchan nuestra voz, así los oídos de Dios escuchan nuestros pensamientos.
(San Agustín)
Feliz día del Señor. Celina