San Claudio de la Colombiere


Foto; Aaron Feinberg

El gozo del que tiene su voluntad sumisa a la voluntad de Dios es un gozo constante, inalterable, eterno. Ningún temor turba su felicidad, porque ningún accidente puede destruirla. Me lo represento como un hombre sentado sobre una roca en medio del océano; ve venir hacia él las olas más furiosas sin espantarse, le agrada verlas y contarlas a medida que llegan a romperse a sus pies; que el mar esté calmo o agitado, que el viento impulse las olas de un lado o del otro, sigue inalterable porque el lugar donde se encuentra es firme e inquebrantable. 

De ahí nace esa paz, esta calma, ese rostro siempre sereno, ese humor siempre igual que advertimos en los verdaderos servidores de Dios.

(San Claudio de la Colombiere)

Feliz día del Señor. Celina

Gabrielle Bossis

Jesús me dijo: «Y como a ti, amo a todas las almas; cada una recibe de mí un amor particular que es para ella sola. Mi amor no es un amor de masas; por eso tengo necesidad de cada alma como si ella sola viviera en el mundo, como si el Universo no hubiera sido creado sino para ella… Y mi amor es más grande todavía. Que este pensamiento sea tu fuerza y te dé una sonriente calma». (Gabrielle Bossis)

Feliz día del Señor. Celina

Beato Enrique Seuze

Hija mía, no hay nadie que a veces no caiga de algún modo en la tibieza; por esto es preciso trabajar seriamente para conseguir una renovación de sí mismo, como el fénix que se renueva en el fuego, como el ciervo y la astuta serpiente que acostumbran aquél a renovar sus cuernos, éste su piel cuando se hace muy gruesa. La montaña es alta, el camino tortuoso, no basta un solo salto para llegar a la cumbre, muchos mayos tendrán que transcurrir aún. Aquel que retrocede ante la superioridad del ejército enemigo y no vuelve a la carga luego con valor es un cobarde caballero. No os asustéis, pues la lucha es propia de buenos en esta tierra miserable. (Beato Enrique Seuze)

Feliz día del Señor. Celina

San Francisco de Sales

No queráis prevenir de antemano los accidentes de esta vida por el temor; hacedlo con una total esperanza de que, a medida que se vayan presentando, pues sois de Dios, Él os librará. Os ha protegido hasta ahora; seguid bien cogida a la mano de su Providencia y os ayudará en toda ocasión; y cuando no podáis caminar, os llevará en brazos. (San Francisco de Sales)

Feliz día del Señor. Celina

Papa Francisco

«Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente» (Mateo 10, 8), dice Jesús. En estas palabras está el secreto de la evangelización, que es comunicar el Evangelio en el estilo del Evangelio, es decir, la gratuidad: la gratuidad sin negocio. Gratuidad. La alegría del don recibido por puro amor se comunica con amor. Gratuidad y amor. Solo quien ha experimentado tal alegría puede comunicarla, porque «el bien tiende siempre a comunicarse. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla (Evangelii gaudium)». (Papa Francisco) 

Feliz día del Señor. Celina

Balduino de Cantorbery


Resurrección de Lázaro

«La palabra de Dios es viva y eficaz». Es viva, ya que el Padre le ha concedido poseer la vida en sí misma, como el mismo Padre posee la vida en sí mismo. Es vivificante cuando llama a Lázaro del sepulcro, diciendo al que estaba muerto: «Lázaro, ven afuera». Es eficaz en la creación del mundo, eficaz en el gobierno del universo, eficaz en la redención de los hombres. ¿Qué otra cosa podríamos encontrar más eficaz y más poderosa que esta palabra?. Jamás vuelve vacía, sino que siempre produce fruto cuando es enviada. (Balduino de Cantorbery, obispo)

Feliz día del Señor. Celina

San Juan Crisóstomo

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El Señor nos enseña a orar en común por todos nuestros hermanos. Porque Él no dice «Padre mío» que estás en el cielo, sino «Padre nuestro», a fin de que nuestra oración sea de una sola alma para todo el Cuerpo de la Iglesia. (San Juan Crisóstomo)

Feliz día del Señor. Celina

José María Cabodevilla

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La Virgen y el Niño, Roberto Ferruzzi

De ordinario, suele alabarse la virginidad de María, su concepción inmaculada o, sobre todo, su maternidad divina. «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron», exclamó una voz entre la muchedumbre y siguen ahora exclamando los cristianos. Pero Cristo responde:»Más bien, dichosos los que creen en la palabra de Dios y la cumplen.». Cristo no dice, no puede decir que haya otros seres más dichosos que su madre. Lo que sí afirma es que la razón principal de la bienaventuranza de María no consiste en haber concebido al Hijo de Dios, sino en haber creído en Él. (José María Cabodevilla)

Feliz día del Señor. Celina

Benedicto XVI

No son las ideologías las que salvan el mundo sino solo dirigir la mirada al Dios viviente, que es nuestro creador, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico. La revolución verdadera consiste únicamente en mirar a Dios, que es la medida de lo que es justo y, al mismo tiempo, es el amor eterno. Y, ¿qué puede salvarnos si no es el amor? (Benedicto XVI)

Feliz día del Señor. Celina

San Agustín

Interroga a la belleza de la tierra, del mar, del aire dilatado y difuso, del cielo; interroga al ritmo ordenado de los astros; interroga al sol, que ilumina el día con fulgor; interroga a la luna, que mitiga con su resplandor la oscuridad de la noche que sigue al día; interroga a los animales que se mueven en el agua, que habitan la tierra y vuelan en el aire. Interroga a todas estas realidades. Todas te responderán: «Mira y observa qué hermosas somos.» Su belleza es como un himno de alabanza. Ahora bien, estas criaturas tan hermosas, pero a la vez tan cambiantes, ¿quién las hizo sino uno que es la belleza que no cambia? (San Agustín)

Feliz día del Señor. Celina