No sabemos si estamos destinados a ser río caudaloso o si hemos de parecernos a la gota de rocío que envía Dios en el desierto a la planta desconocida. Pero más brillante o más humilde, nuestra obligación es cierta: no estamos destinados a salvarnos solos.
(Beato Manuel Domingo y Sol)
Feliz día del Señor. Celina
Desde la perspectiva de la belleza, ¿hay alguna diferencia entre un río caudaloso y una gota de rocío? Del río caudaloso nos atrae su fuerza, su poder, el alegre correr de sus aguas, cristalinas y limpias. De las gotas de rocío nos cautiva su sencillez, su pequeñez, su pureza. Grande o pequeño, qué más da. Lo importante es descubrir a Dios en su obra. En ella encontraremos a Dios, nuestro salvador. Gracias, Celina, por tan sugestiva imagen y bello texto. Feliz día del Señor a todos.