San Juan Pablo II

Buscad a Cristo, Buen Pastor, con los ojos de la carne en los acontecimientos de la vida y en el rostro de los demás. Pero buscadle también con los ojos del alma a través de la oración y de la meditación de la Palabra de Dios, pues la contemplación del rostro de Cristo se centra, sobre todo, en lo que de él dice la Sagrada Escritura. En los momentos de angustia y de pesadilla mortal, la oración, acompañada por el compromiso de hacer la voluntad de Dios, devuelve el auténtico gusto por la vida.

(San Juan Pablo II)

Feliz domingo del Buen Pastor. Celina

José Luis Martín Descalzo

Y una tarde
tú vuelves y nos dices:
«Echa la red a tu derecha,
atrévete de nuevo a confiar;
abre tu alma
saca del viejo cofre
las nuevas ilusiones,
dale cuerda al corazón,
levántate y camina».
Y lo hacemos
solo por darte gusto;
y de repente,
nuestras redes rebosan alegría,
nos resucita el gozo;
y es tanto el peso del amor
que recogemos que la red
se nos rompe cargada
de ciento cincuenta esperanzas.

(José Luis Martín Descalzo)

Feliz día del Señor. Celina

Benedicto XVI

Las misericordias de Dios nos acompañan día a día. Basta tener el corazón vigilante para poderlas percibir. Somos muy propensos a notar sólo la fatiga diaria que a nosotros, como hijos de Adán, se nos ha impuesto. Pero si abrimos nuestro corazón, entonces, aunque estemos sumergidos en ella, podemos constatar continuamente cuán bueno es Dios con nosotros; cómo piensa en nosotros precisamente en las pequeñas cosas, ayudándonos así a alcanzar las grandes.

(Benedicto XVI)

Feliz Domingo de la Divina Misericordia. Celina

Papa Francisco

¡Celebremos la Pascua con Cristo! Él está vivo y también hoy pasa, transforma, libera. Con Él el mal no tiene más poder, el fracaso no puede impedir que empecemos de nuevo, la muerte se convierte en un paso para el inicio de una nueva vida. Porque con Jesús, el Resucitado, ninguna noche es infinita; y, aun en la oscuridad más densa, en esa oscuridad brilla la estrella de la mañana.

(Papa Francisco)

¡ALELUYA!
Feliz Domingo de Pascua de Resurrección. Celina

Papa Francisco

Jesús subió a la cruz para descender a nuestro sufrimiento. Probó nuestros peores estados de ánimo: el fracaso, el rechazo de todos, la traición de quien le quiere e, incluso, el abandono de Dios. Experimentó en su propia carne nuestras contradicciones más dolorosas, y así las redimió, las transformó. Su amor se acerca a nuestra fragilidad, llega hasta donde nosotros sentimos más vergüenza. Y ahora sabemos que no estamos solos. Dios está con nosotros en cada herida, en cada miedo. Ningún mal, ningún pecado tiene la última palabra. Dios vence, pero la palma de la victoria pasa por el madero de la cruz. Por eso las palmas y la cruz están juntas.

(Papa Francisco)

Feliz Domingo de Ramos. Celina