Santa Teresa del Niño Jesús


El retorno del hijo pródigo, Rembrandt

Yo espero tanto de la justicia de Dios como de su misericordia. Precisamente porque es justo, «es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Pues él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles…».

Esto es, hermano mío, lo que yo pienso acerca de la justicia de Dios. Mi camino es todo él de confianza y de amor, y no comprendo a las almas que tienen miedo de tan tierno amigo. 

(Santa Teresa del Niño Jesús)

Feliz día del Señor. Celina

P. Bede Jarret


Nos parece devolverte a ti a nuestros seres queridos, ¡oh Dios!, de quien los recibimos. Pero, así como tú no los perdiste al dárnoslos a nosotros, tampoco los perdemos cuando regresan a ti.

¡Oh Amante de almas!, tú no das como el mundo da. Lo que das no lo quitas, pues lo que es tuyo también es nuestro, puesto que somos tuyos y tú eres nuestro. 

La vida es eterna, el amor es inmortal; la muerte no es más que horizonte y el horizonte no es más que límite de nuestra visión. 

(P. Bede Jarret)

Feliz día del Señor. Celina

San Francisco de Sales


El amor desea el secreto y, aunque los amantes no tengan que decirse nada secreto, se complacen, no obstante, en decirlo secretamente. El Amor no habla únicamente por medio de lengua, sino de los ojos, los gestos, las actitudes. Sí, incluso el silencio le sirve de palabra.

(San Francisco de Sales)

Feliz día del Señor. Celina

San Agustín


Pidamos los bienes temporales discretamente, y tengamos la seguridad -si los recibimos- de que proceden de quien sabe que nos convienen. ¿Pediste y no recibiste? Fíate del Padre; si te conviniera, te lo habría dado. Juzga por ti mismo. Tú eres delante de Dios, por tu inexperiencia de las cosas divinas, como tu hijo ante ti con su inexperiencia de las cosas humanas.

(San Agustín)

Feliz día del Señor. Celina

Carlo María Martini, cardenal


Deseo ante el Señor y ante todos vosotros ser auténtico. Querría que existiera una correspondencia entre los gestos y las palabras, entre las palabras y las acciones, entre las promesas y los cumplimientos, entre lo que queremos ser y lo que nos esforzamos por ser a diario. Queremos que todo lo que decimos y hacemos corresponda a lo que el Señor pone dentro de nosotros. 

(Carlo María Martini, cardenal)

Feliz día del Señor. Celina