Raniero Cantalamessa

Representación de la Trinidad, 1489, Museo Rigaud Perpignan

No es verdad el que la Trinidad sea un misterio remoto, irrelevante para la vida de todos los días. Por el contrario, son las tres personas más «íntimas» en la vida: no están fuera de nosotros, como sucede con la mujer o el marido, sino que están dentro de nosotros. «Hacen morada en nosotros» (Juan 14, 23), nosotros somos su «templo».

(Raniero Cantalamessa)

Feliz Domingo de la Santísima Trinidad. Celina

San Juan de Ávila

¡Oh soplo bienaventurado, que llevas las naves al cielo! Muy peligroso es este mar que navegamos; pero con este aire y tal Piloto iremos seguros. ¡Cuántas naves van perdidas! ¡Cuántos vientos contrarios corren y grandes peligros! Pero soplando tú, piadoso Consolador, las vuelves a puerto seguro. ¿Quién podrá contra los bienes que nos haces y los males de los que nos guardas?

(San Juan de Ávila)

Feliz Domingo de Pentecostés. Celina

San Juan Pablo II

La Ascensión es un gran mensaje de esperanza. El hombre de nuestro tiempo, que, a pesar de sus conquistas técnicas y científicas, de las que se enorgullece con razón, corre el riesgo de perder el sentido último de su existencia, encuentra en este misterio la indicación de su destino. La humanidad glorificada de Cristo es también nuestra humanidad. Jesús, en su persona, ha unido para siempre a Dios con la historia del hombre, y al hombre con el corazón del Padre celestial.

(San Juan Pablo II)

Feliz domingo, fiesta de la Ascensión del Señor al cielo. Celina

Francisco Cerro Chaves

Existe un error al pensar que no se puede ser feliz si sufrimos. Solo en la medida en que nuestra vida se hace amor entregado se hace felicidad lograda, aunque en el horizonte y en la realidad de nuestra vida siga existiendo el dolor. Es necesario volver una y otra vez nuestra mirada al secreto de la felicidad, que se encuentra en el amor, y que en nosotros tiene un nombre: Jesús.

(Francisco Cerro Chaves)

Feliz día del Señor. Celina