La Palabra de Dios nos advierte de la precariedad de la existencia terrena y nos invita a vivirla como una peregrinación, teniendo la mirada fija en la meta, en aquel Dios que nos ha creado y, dado que nos ha hecho para sí, es nuestro destino último y el sentido de nuestra vida.
(Benedicto XVI)
Feliz día del Señor. Celina