Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de uno es comunicado al otro. «Todos somos miembros los unos de los otros» (Rom 12, 5). Es, pues, necesario creer que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que Él es la cabeza. «Dios lo dio por cabeza a toda la Iglesia, que es su Cuerpo» (Ef I, 22-23). En consecuencia, los bienes de Cristo son comunicados a todos los miembros. (Santo Tomás de Aquino)
Feliz día del Señor. Celina
Efectivamente, todos los cristianos formamos el Cuerpo Místico de Cristo. La cabeza es el mismo Cristo, pero el corazón es su madre y también madre nuestra, la Virgen María. A través de sus impulsos circula entre nosotros, los miembros, la sangre del amor de su Hijo. Gracias, Celina, por proponernos tan sabroso texto. Feliz día del Señor a todos.