P. Ignacio Larrañaga


Desde pequeño, Señor Jesús, en un taller de artesano ganaste el pan con el sudor de tu frente. Desde entonces, el trabajo adquirió una alcurnia noble y divina. Por el trabajo nos convertimos en compañeros y colaboradores de Dios y en artífices de nuestra historia. Lo material, al pasar por las manos del hombre, se transforma en vehículo de amor. 

(P. Ignacio Larrañaga)

Feliz día del Señor. Celina

Un comentario en «P. Ignacio Larrañaga»

  1. Cristo obrero, Cristo artesano, Cristo trabajador, nos enseño a construir la obra de Dios. Dios no tiene manos. Nosotros los humanos somos las manos de Dios. Él pone los materiales. Ayudémosle a construir su obra. Entrañable imagen de un trabajador de Dios. Gracias, Celina, por recordarnos que somos obreros de Dios. Feliz día del Señor a todos.

Los comentarios están cerrados.