Es siempre honroso el rostro de la Iglesia, y si alguna vez aparece afeado, antes de acusar habrá que pensar si no han sido nuestras manos las que han llevado la mancha a su frente. Entonces, la solución ya no estará en volverle la espalda para no ver su fealdad, sino en limpiar la mano que manchó el rostro.
(Marcelo González Martín)
Feliz día del Señor. Celina
Porque la Iglesia está formada por seres humanos, débiles y pecadores. Dijo San Pablo: «No hago el bien que deseo y cometo el mal que no quiero» (Romanos, 7:19). Y así camina la Iglesia, santa por su fundador e imperfecta por sus miembros. Cristo era consciente de las flaquezas de su Iglesia e instituyó el sacramento de la penitencia para el perdón de los pecados. Hermosa imagen de la cúpula de la basílica de San Pedro en la ciudad del Vaticano, que mira al cielo y pone sus cimientos en la tierra para nuestra salvación. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.