San Francisco de Sales

Cuando nuestras haciendas ocupan nuestros corazones, si la tempestad, el ladrón o el tramposo nos arrebata alguna parte de ella, ¡qué llantos, qué aflicciones, qué impaciencia tenemos! Pero cuando nuestras riquezas están asidas solo al cuidado que Dios manda que tengamos, y no a nuestros corazones, si nos las roban o menguan, no perderemos el juicio ni la tranquilidad.

(San Francisco de Sales)

Feliz día del Señor. Celina

Un comentario en «San Francisco de Sales»

  1. Yo añadiría que no sólo nos libera de preocupaciones poner en manos de Dios nuestra hacienda, sino, aún más, poner también nuestra vida en sus manos. Entonces nos sentimos tan libres que nuestra alma vuela en libertad con todo su esplendor y belleza como la linda mariposa de la imagen que nos ofrece hoy Celina. Gracias. Feliz día del Señor a todos.

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