Ved a los reyes, los emperadores, los grandes de la tierra: son muy ricos; ¿están contentos? Si aman al buen Dios, sí; si no, no están contentos. Puedes ir de mundo en mundo, de reino en reino, de riqueza en riqueza, de placer en placer; pero no encontrarás tu felicidad. La tierra entera no puede contentar a un alma inmortal, como una pizca de harina en la boca no puede saciar a un hambriento.
(San Juan María Vianney)
Feliz día del Señor. Celina
Ya Aristóteles decía en el siglo IV a. C. que la felicidad del ser humano se logra haciendo el bien y no se encuentra en las riquezas ni en el dinero. Y como nos enseñó Cristo más tarde, la felicidad se alcanza amando a Dios, al prójimo y a la obra de Dios. Bella imagen del amor que atraviesa el cielo hasta el Señor. Gracias, Celina. Feliz domingo a todos.