La tierra produce unos frutos de los que ella no ha de gozar, sino que están destinados a tu provecho. En cambio, los frutos de beneficencia que tú produces los recolectas en provecho propio, ya que la recompensa de las buenas obras revierte en beneficio de los que las hacen.
(San Basilio Magno)
Feliz día del Señor. Celina
El texto que nos propone hoy Celina me evoca el evangelio de los talentos. Ese que nos invita a trabajar. El trabajador al que su señor dio cinco talentos ganó otros cinco, y fue alabado y premiado por su señor; igual suerte corrió el que recibió dos talentos; pero el que recibió un solo talento lo enterró y no produjo nada. Fue reprendido y despedido de la hacienda de su Señor. Así el trabajo, que fue castigo un día, Cristo lo convierte en grato a Dios, su Padre. Sugerente imagen de los frutos del trabajo. Gracias Celina. Feliz día del Señor a todos.