Y puesto que Dios abarca y sostiene todo el cosmos, la Ascensión del Señor significa que Cristo no se ha alejado de nosotros, sino que ahora, gracias a su estar con el Padre, está cerca de cada uno de nosotros, para siempre. Cada uno de nosotros puede tratarlo de tú; cada uno puede llamarlo. El Señor está siempre atento a nuestra voz. Nosotros podemos alejarnos de él interiormente. Podemos vivir dándole la espalda. Pero él nos espera siempre, y está siempre cerca de nosotros.
(Benedicto XVI)
Feliz día del Señor, domingo de la Ascensión del Señor. Celina
El Señor, cumplida la voluntad del Padre, se marcha. Ahora está físicamente en el Cielo, sentado a la derecha de su Padre. Pero, al mismo tiempo, se quedó con nosotros: se hizo pan y vino. Y también nos envió al Espíritu Santo, para que viviera en nuestros corazones por medio del sacramento de la confirmación. Cristo pan y Cristo vino nos transforma en él cuando comulgamos, y Dios, uno y trino, habita en nosotros en la persona del Espíritu Santo. Esta es nuestra fe. Bella imagen de la Ascensión del Señor. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.