La propiedad de un bien hace de su dueño un administrador de la providencia para hacerlo fructificar y comunicar sus beneficios a otros, ante todo a sus próximos. Los bienes de producción -materiales o inmateriales- como tierras o fábricas, profesiones o artes, requieren los cuidados de sus posesores para que su fecundidad aproveche al mayor número de personas.
(Catecismo de la Iglesia Católica)
Feliz día del Señor. Celina
Los frutos del trabajo del hombre tienen su razón de ser en uno mismo y en el prójimo. En uno mismo, por la necesidad de subsistir. Todo ser vivo ha de alimentarse para vivir. Y también es una necesidad social contribuir con nuestro trabajo al mantenimiento de la vida juntos. Pero además de ser una razón de justicia es una prueba de amor al prójimo. Gracias, Celina, por este texto del Catecismo de la Iglesia Católica. Feliz día del Señor a todos.