Por el mundo envuelto en sombras
soy errante peregrino.
Dame tu luz y tu gracia.
¡Quédate, Señor, conmigo!
En este precioso instante
abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte.
¡Quédate, Señor, conmigo!
En la pena y en el gozo
sé mi aliento mientras vivo.
Hasta que muera en tus brazos.
¡Quédate, Señor, conmigo!
(San Pío de Pietrelcina)
Feliz día del Señor. Celina
Hasta que Jesús no vino a la tierra, fuimos seres errantes; desconocíamos nuestro origen y destino. Pero Cristo nos descubrió el misterio de nuestra existencia. Nos dio su luz y su gracia y se quedó con nosotros. Se quedó en la eucaristía y de manera tangible en el prójimo. Especialmente en los ancianos, en los enfermos, en los necesitados y en los niños. En el prójimo encontraremos a Cristo. Es palabra de Dios. Gracias, Celina, por texto e imagen. Feliz día del Señor a todos.