Dado que Jesús ascendió al cielo, ya solo puedo seguirle siguiendo las huellas que él dejó. ¡Pero que luminosas y perfumadas son esas huellas! Solo tengo que poner los ojos en el Santo Evangelio para respirar los perfumes de la vida de Jesús y saber hacia dónde correr…
(Santa Teresa del Niño Jesús)
Feliz día del Señor. Celina