Donde hay caridad y sabiduría,
allí no hay temor ni ignorancia.
Donde hay paciencia y humildad,
allí no hay ira ni turbación.
Donde hay pobreza con alegría,
allí no hay codicia ni avaricia.
Donde hay quietud y meditación,
allí no hay desasosiego ni vagancia.
Donde hay temor de Dios que custodia la entrada,
allí el enemigo no tiene lugar por donde entrar.
Donde hay misericordia y discreción,
allí no hay superfluidad ni endurecimiento.
(San Francisco de Asís)
Feliz día del Señor. Celina