La paz es orden, armonía, gracia. Es compatible con los dolores, amarguras y persecuciones.
Es la paz del alma, del corazón, de la conciencia, del cumplimiento del deber. De la fortaleza que se mantiene intrépida en la lucha.
Sin paz no hay orden, ni armonía, ni sosiego, ni trabajo provechoso, ni labor útil, ni oración verdadera, ni luces, ni caridad, ni celo, ni nada bueno.
(San Pedro Poveda)
Feliz día del Señor. Celina