Tocas mi verdad desnuda,
despojada de máscaras, de excusas, de apariencias…
pero ese tacto no duele.
Rozas los miedos y renace el valor.
Acaricias la angustia y germina la paz.
Abrazas la congoja de los días inquietos
y resurge, invencible, la vida.
Besas las llagas de nuestra historia, las sanas
y vuelven las fuerzas, la risa, la fiesta, el encuentro.
Tocas, Palabra cercana, Presencia escondida.
(José María Rodríguez Olaizola)
Feliz día del Señor. Celina