Interroga a la belleza de la tierra, del mar, del aire dilatado y difuso, del cielo; interroga al ritmo ordenado de los astros; interroga al sol, que ilumina el día con fulgor; interroga a la luna, que mitiga con su resplandor la oscuridad de la noche que sigue al día; interroga a los animales que se mueven en el agua, que habitan la tierra y vuelan en el aire. Interroga a todas estas realidades. Todas te responderán: «Mira y observa qué hermosas somos.» Su belleza es como un himno de alabanza. Ahora bien, estas criaturas tan hermosas, pero a la vez tan cambiantes, ¿quién las hizo sino uno que es la belleza que no cambia? (San Agustín)
Feliz día del Señor. Celina