Enséñanos, Madre, a caminar en los viajes que hagamos en la tierra y en todo el viaje de nuestra vida, como tú caminabas en tus viajes y como tú te comportaste en todos los días de tu existencia, sin ver las cosas exteriores sumergidas para nosotros en tinieblas profundas, y con los ojos fijos incesantemente en Jesús que ilumina nuestra alma como un río de fuego (Carlos de Foucauld)
Feliz día del Señor. Celina