«Ángel tocando el laud», Melozzo da Forlì
En un mundo rico en posibilidades, pero, al mismo tiempo, sometido a contradicciones y tenido como absurdo por algunos, (los cristianos) deben comunicar a los que se encuentran a su alrededor la alegría que ellos viven: una alegría extraordinariamente realista y que expresa su certeza, basada en la victoria de Cristo, de que el futuro de la humanidad se irá construyendo a través de dificultades y contradicciones aparentes. El mundo no es absurdo, ya que Dios lo ama, y el principio vital de su éxito se nos ha dado una vez por todas en Jesucristo.
(Maertens-Frisque)
Feliz día del Señor. Celina