El sufrimiento de Jesús y su paciencia nos ayuda a creer que el misterio no resuelto de la presencia de tanto mal y dolor en el mundo no es incompatible con la presencia silenciosa y el misterioso Amor que es Dios. Porque en Jesús, el Padre se identifica con los pobres y los injustamente aplastados. Y Dios resucitó a Jesús.
(José María Díez-Alegría, sacerdote y teólogo)
Feliz día del Señor. Celina