Jesucristo Rey del Universo

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¿Qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no solo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la redención? Ojalá que todos los hombres, harto olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador. «Fuisteis rescatados no con oro o plata, que son cosas perecederas, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un Cordero inmaculado y sin tacha» (I Pedro 1, 18-19). No somos,  pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo. (Pío XI) Feliz día del Señor, fiesta de Jesucristo Rey del Universo. Celina

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San Bernardo de Claraval


(La Iglesia)

¡Qué humildad y qué sublimidad! Es la tienda de Cadar y el santuario de Dios; una tienda terrena y un palacio celestial; una casa modestísima y un aula regia; un cuerpo mortal y un templo luminoso; la despreciada por los soberbios y la esposa de Cristo. Tiene la tez morena, pero es hermosa, hijas de Jerusalén. El trabajo y el dolor del prolongado exilio la han deslucido, pero también la embellece su forma celestial. (San Bernardo de Claraval)

Feliz día del Señor. Celina

San Isidoro de Sevilla

Aplícate más a ser bueno que a ser visto; no te des por enterado si alguien te alaba o te vitupera. No te seduzca la alabanza ni te quebrante el vituperio, porque quien no apetece la alabanza no siente la afrenta. (San Isidoro de Sevilla)

Feliz día del Señor. Celina

Todos los Santos

La Gloria de Todos los Santo, G. B. Ricci

El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo. (Benedicto XVI)

Feliz día del Señor, fiesta de Todos los Santos. Celina

San Juan de la Cruz

 
Más agrada a Dios una obra, por pequeña que sea, hecha en escondido, no teniendo voluntad de que se sepa, que mil hechas con gana de que las sepan los hombres. Porque al que con purísimo amor obra por Dios, no solamente no se le da nada de que lo vean los hombres, sino que ni lo hace porque lo sepa el mismo Dios; el cual, aunque Dios nunca lo hubiese de saber, no cesaría de hacerle los mismos servicios con la misma alegría y pureza de amor. (San Juan de la Cruz)

Feliz día del Señor. Celina

San Claudio de la Colombiere


Foto; Aaron Feinberg

El gozo del que tiene su voluntad sumisa a la voluntad de Dios es un gozo constante, inalterable, eterno. Ningún temor turba su felicidad, porque ningún accidente puede destruirla. Me lo represento como un hombre sentado sobre una roca en medio del océano; ve venir hacia él las olas más furiosas sin espantarse, le agrada verlas y contarlas a medida que llegan a romperse a sus pies; que el mar esté calmo o agitado, que el viento impulse las olas de un lado o del otro, sigue inalterable porque el lugar donde se encuentra es firme e inquebrantable. 

De ahí nace esa paz, esta calma, ese rostro siempre sereno, ese humor siempre igual que advertimos en los verdaderos servidores de Dios.

(San Claudio de la Colombiere)

Feliz día del Señor. Celina

Gabrielle Bossis

Jesús me dijo: «Y como a ti, amo a todas las almas; cada una recibe de mí un amor particular que es para ella sola. Mi amor no es un amor de masas; por eso tengo necesidad de cada alma como si ella sola viviera en el mundo, como si el Universo no hubiera sido creado sino para ella… Y mi amor es más grande todavía. Que este pensamiento sea tu fuerza y te dé una sonriente calma». (Gabrielle Bossis)

Feliz día del Señor. Celina

Beato Enrique Seuze

Hija mía, no hay nadie que a veces no caiga de algún modo en la tibieza; por esto es preciso trabajar seriamente para conseguir una renovación de sí mismo, como el fénix que se renueva en el fuego, como el ciervo y la astuta serpiente que acostumbran aquél a renovar sus cuernos, éste su piel cuando se hace muy gruesa. La montaña es alta, el camino tortuoso, no basta un solo salto para llegar a la cumbre, muchos mayos tendrán que transcurrir aún. Aquel que retrocede ante la superioridad del ejército enemigo y no vuelve a la carga luego con valor es un cobarde caballero. No os asustéis, pues la lucha es propia de buenos en esta tierra miserable. (Beato Enrique Seuze)

Feliz día del Señor. Celina