Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él
de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.
Será lo que decida qué es
lo que te saca de la cama en la mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces,
lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud.
(Pedro Arrupe, sacerdote jesuita)
Feliz día del Señor. Celina
Uno puede preguntarse dónde encontramos a Dios. A Dios le encontramos en su obra creada con amor. Le encontramos en el amanecer de cada día, en las nubes que sobrevuelan los cielos, en las aves, en las flores, en la lluvia y en la nieve, en la naturaleza toda, pero también en nosotros mismos. Si te recoges en la oración, encontrarás a Dios dentro de ti y tu corazón volará hasta Él como figura en la imagen. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.