La oración es una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura; es como una miel que se derrama sobre el alma y lo endulza todo.
En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol.
(San Juan Bautista Vianney)
Feliz día del Señor. Celina
Escucha, Señor, mi oración. Permite que mi boca pueda paladear en mi oración de hoy la dulzura de llamarte Padre, Padre nuestro. Hoy es tu día, porque eres el padre de todos nosotros. Funde, Padre nuestro, nuestras penas con la dulzura de tu amor y con la blancura de la nieve. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.