Toda nuestra vida presente debe discurrir en la alabanza a Dios. Dejas de alabar a Dios cuando te apartas de la justicia y de lo que a él le agrada. Si nunca te desvías del buen camino, aunque calle tu lengua, habla tu conducta, y los oídos de Dios atienden a tu corazón. Pues del mismo modo que nuestros oídos escuchan nuestra voz, así los oídos de Dios escuchan nuestros pensamientos.
(San Agustín)
Feliz día del Señor. Celina
Es emocionante y conmovedor escuchar en las misas ese hermoso canto de alabanza al Señor nuestro Dios: «Gloria a Dios en el Cielo. Por tu inmensa gloria te alabamos, bendecimos y adoramos». Pero más hermoso y emotivo es cantar al Señor nuestro Dios con el amor al prójimo y a sus obras, como dice san Agustín. Atractiva imagen de entrega de nuestra ofrenda a Dios. Gracias, Celina. Feliz día del Señor a todos.